
Algunos profesores, al ver mis notas y las de una chica a la que solo le suspendió historia y por casualidad a ella toda la clase la odiaba también, le hablaron al profesor de historia para que nos aprobaran, ella lo tenía más fácil que yo al solo tener una, pero yo…el le dijo a la chica: Si te apruebo a ti tengo que aprobarla a ella”, uy, ¿por qué sería eso?
Llegó el día de la graduación, a la cual no quería ir, siempre había soñado con graduarme rodeada de amigos, abrazos, lágrimas de emoción, tristes despedidas…pero la realidad era todo lo contrario, lloraba porque no quería ir, no quería ser despreciada uno de los días más “felices” de mi vida. Lo único bueno fue que me dieron la notica de que estaba aprobada, salí a contarselo a mis padres, que estaban con los padres de las niñas, con las niñas, y menos mis padres, todos pusieron mala cara. En la ceremonia hicieron un video en el que salían fotos de todos, pero yo solo aparecía en un par de fotos en Italia, en la esquina, apenas se me veía, así que ese discurso tan precioso tampoco sería para mí.
Pero hice el último esfuerzo, ese infierno al fin había terminado, las lágrimas de cada noche, la soledad…todo terminó, ahora estoy híper feliz en la universidad, encima, casi ninguna de las niñas está estudiando lo que quería, ya que en selectividad sacaron menos nota al no tener enchufe, yo sí estoy haciendo lo que quería, encima en selectividad saqué más nota que en el instituto.
Me siento orgullosa de mí, ya que a pesar de que incluso los mismos profesores me dijeran que jamás conseguiría estudiar la carrera que quería, les he demostrado que se equivocaron, sí entré, y estoy muy feliz.
Es un poco larga mi historia, pero he omitido cosas, aún así, después de todo lo que he sufrido, tengo que darles las gracias a todas esas indeseables, gracias por crearme inspiración, sin vosotras jamás hubiera podido escribir “Mis días grises” y jamás estaría publicado en ningún libro. No sé si esto lo leerán, pero si lo leen me da igual, yo no soy la que está mintiendo, ¿quién es la falsa? Una vez después de bachiller una profesora quiso quedar con nosotras para ir a una heladería, aluciné cuando me hablaron súper majas y me saludaron con dos besos, que gracia, me las encontré días después y ni siquiera me miraron, y a otras quedadas ni siquiera me avisaron, que no se extrañen si ahora yo les vuelvo la cara.

Mi profesor pensaba que yo era la rara, la que nunca se acercaba a nadie, la que solo se sentaba en la última fila de clase sin relacionarse con nadie, pero no era así. Esta es la verdadera historia de por qué no me relacionaba con la gente de clase. Por eso, sin alguno de los que leáis esto estáis pasando lo mismo que yo, no os calléis, decidlo, hablad con vuestros padres, con vuestros profesores, con quién haga falta, pero no os dejéis vencer, ni penséis que sois inferiores, porque si estáis aguantando todo esto significa que sois valientes, y que sois más fuertes que esos que insultan, ya que vosotros daréis la cara y no ellos.
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